miércoles, 17 de octubre de 2012

VI

Ay, mi lírica obtusa,
ingrata de paseos y de porvenir.
Maquillada de ocasión y nada,
astillada de la copa a la raíz.

Inconclusa devoción de camino.
De meta clara y difícil visión.
Clara y neta en pedir perdón,
por no saber hablar sin ser oído.

Válgame tu mirada libre,
para liberar mi sentimiento preso,
para hacer sentir mejor mi pecho,
y en regocijo eterno seguirte.

No puedo no querer quererte,
porque siempre estaré luchando.

No dejaré de estar inerte,
hasta ser capaz de reír llorando.

Mis sueños se esfumaron,
en ese andén,
donde ya nadie parece ser.

Me vi de pronto sin sentir,
sin saber qué decir,
cuando te vi de nuevo, aparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario